Juez Concede Nueva Condena A Los Hermanos Menéndez Tras 35 Años En Prisión

Tras más de tres décadas en prisión, los hermanos Erik y Lyle Menéndez han recibido una nueva sentencia de 50 años a cadena perpetua, lo que elimina la condena de prisión sin posibilidad de libertad condicional que pesaba sobre ellos desde 1990. La decisión fue tomada por el juez Michael Jessica de Banais, quien dejó en manos de la Junta de Libertad Condicional de California la evaluación final sobre su posible liberación, prevista para el próximo 13 de junio. Durante la audiencia, los hermanos hablaron por primera vez en años. Con voz entrecortada y entre lágrimas, pidieron perdón por el asesinato de sus padres en 1989 y admitieron que mintieron durante el proceso judicial. “Hoy somos otros hombres”, dijeron. Sus palabras emocionaron a la familia presente, que expresó esperanza en que esta nueva sentencia marque el inicio del regreso de los Menéndez a casa. La Fiscalía de Los Ángeles se había opuesto a la resentencia, argumentando que el caso no debía ceder ante la presión mediática. “La justicia nunca debe ser instada por el espectáculo”, declaró la fiscal Nat Hongman. Sin embargo, reconoció que la decisión tiene consecuencias importantes. A la espera del dictamen de la Junta de Libertad Condicional, los hermanos también han solicitado clemencia al gobernador de California, Gavin Newsom. Mientras tanto, su familia y sus abogados celebran lo que consideran “un milagro” tras 35 años de lucha legal. Además del proceso ante la Junta de Libertad Condicional, la defensa de los hermanos Menéndez ha centrado esfuerzos en destacar la rehabilitación de ambos durante su tiempo en prisión. Señalan que han mantenido buena conducta, participado en programas de educación y ayudado a otros internos. “Esto no es resultado de la casualidad ni de presión mediática, sino de un trabajo constante y un verdadero cambio”, expresó uno de sus abogados. El caso Menéndez ha vuelto a captar atención pública en los últimos años gracias a documentales, series y nuevos testimonios que reavivaron el debate sobre el contexto de abuso en el que vivían Erik y Lyle.

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