Nueva York – La fiscalía ha pintado un retrato demoledor del artista y empresario Sean “Diddy” Combs, describiéndolo como un delincuente violento que utilizó su poder y fama para encubrir una red de explotación sexual. Según los fiscales, detrás del ícono musical y magnate de negocios, se escondía un hombre que manipulaba, amenazaba y agredía a sus parejas, mientras encubría sus actos con sobornos e intimidación. El juicio, que inició esta semana en una corte federal de Nueva York, gira en torno a graves acusaciones de tráfico sexual y asociación ilícita. La fiscal Emily Johnson aseguró que Combs ejercía coerción mediante violencia, drogas y amenazas, destacando un episodio en el que presuntamente golpeó brutalmente a su expareja, la cantante Cassandra “Cassie” Ventura. El testimonio de Ventura, considerado clave en el caso, está previsto para este martes. Por su parte, la defensa argumenta que todo se trata de una historia de “amor, celos e interés económico”, y niegan que los hechos configuren delitos federales. Combs se ha declarado inocente de todos los cargos. La fiscal Johnson enfatizó que el caso “no se trata de las preferencias sexuales de una celebridad, sino de actos criminales coercitivos”, señalando un patrón de abuso prolongado que habría involucrado a otras mujeres, drogas, amenazas y grabaciones privadas utilizadas como forma de chantaje. También mencionó que el poder y la influencia de Combs le habrían permitido encubrir estos actos durante años, protegiéndose detrás de su imagen pública y su imperio musical. El jurado, compuesto por 12 titulares y 6 suplentes, escuchó declaraciones sobre los supuestos esfuerzos del artista por silenciar a sus víctimas y testigos, incluyendo pagos encubiertos para evitar que los hechos salieran a la luz. “Diddy usó su fama para controlar y dominar, no solo en lo profesional, sino también en lo personal”, dijo la fiscal durante su exposición inicial. En contraste, la defensa de Combs sostiene que, si bien sus relaciones pasadas pueden haber sido caóticas y emocionalmente intensas, no constituyen delitos. “Esto no es crimen organizado, es una historia de relaciones rotas, resentimientos y dinero”, afirmó su abogado principal. El equipo legal del artista también insistió en que muchas de las acusaciones carecen de pruebas físicas o testigos independientes, y buscarán desacreditar a Ventura y otros testigos durante el contrainterrogatorio.